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lunes, 16 de enero de 2012

ORACIONES DE ENTREGA Y DE PERDÓN PARA LA SANACIÓN INTERIOR

“EL EJÉRCITO MARIANO”
ORACIONES DE SANACIÓN
Oraciones de Entrega y de Perdón
“Armando Graneros”
Introducción.
“El Ejército Mariano” hace llegar a usted, estas Oraciones de Entrega y de Perdón, con el deseo de ayudarle a aliviar y sanar las heridas profundas que dejan en nuestro corazón y en la memoria, sucesos trágicos o inesperados con la muerte de un ser querido, familiar o amistad nuestra.
La experiencia ha confirmado que muchas veces las “almas son atadas” en dimensiones espirituales sin poder llegar al encuentro con el Rey de Reyes y Señor de Señores, Jesús, el Verbo hecho Carne, para que como Justo Juez y Rey, nos destine el lugar que después de la muerte física debamos ocupar. Al mismo tiempo, no podemos alcanzar la felicidad y la tranquilidad que Dios quiere que tengamos en esta vida, y surgen entonces inconformidades, y hasta podemos llegar a pensar que Dios no es bueno con nosotros, porque, “según nosotros”, subrayamos, este suceso no queríamos ni pensábamos que llegara a ocurrir. Por una parte es cierto que Dios dispone un tiempo determinado para cumplir nuestras misiones en la Tierra, cada ser humano, sin excepción, tiene una, todas diferentes y muy valiosas. Pero a veces el hombre mismo, en el mal uso de su libre albedrío o conducta pecaminosa, priva de la vida con sus actos, a otros seres humanos sin que aún sea el tiempo fijado por el Cielo para su existencia. Estas oraciones, hacen entender con su contenido, la importancia de “hacer la entrega a Dios” de nuestros seres queridos, fallecidos de una forma u otra, para dejar libres sus almas y no atarlas con nuestra tristeza y llamados; y obtener la sanación de nuestros recuerdos y heridas emocionales para gozar de paz, alegría y entusiasmo renovados para continuar con “nuestra misión” cada uno. Jesús ha enseñado, que podemos llorar a nuestros muertos por uno, dos o tres días, pero no más de ese tiempo para no dar lugar a que el diablo entre en nuestras vidas.

Oración de Entrega.
¡Os doy gracias Padre Eterno, por todo el tiempo que me concediste estar al lado de mi (esposo, hijo, hija, padre, etc.) (decir su nombre completo), Tú eres su Padre y ahora le llamas a Tu encuentro en la Casa Paterna del Reino de los Cielos. Gracias por su cariño, su compañía, su protección, su salud, sus sonrisas, por su amor y por todo lo que me brindó estando a mi lado.
Hoy yo te lo entrego, pues vuelve Contigo que eres su Dueño y Creador; y aunque me ha dolido su partida, siento ahora el gozo en mi alma de saber que Tú lo recibes pues a Ti vuelve, Quien eres nuestro Padre maravilloso y amoroso; y aunque no comprenda muchos misterios de la vida espiritual de Tu Reino, ya no quiero que él (ella) sienta dolor al verme sufrir por su partida y la forma en que murió; pues seguro (a) estoy de saber que ha ido ahora a vivir en la Eternidad, en paz y dicha inimaginables, a ese maravilloso lugar, que al conocerlo, nadie quisiera alejarse de él y regresar.
Ahora siento ya paz y consuelo, y lejos de llorar y atarlo aferrándome al deseo de tenerle conmigo, con el recuerdo y dolor que por la ausencia de su persona tengo, lo dejo libre para que goce en plenitud ante el mundo maravilloso de Tu Reino en el Cielo. Yo acepto su partida de este Mundo, hágase Tu Voluntad, así en la Tierra como en el Cielo. Yo te lo (a) entrego y te reitero mi gratitud. Dame fuerza y la luz de Tu Sabiduría Divina te pido, para seguir caminando con más vigor y entusiasmo, con entrega y amor a todos mis hermanos del Mundo y de mi familia, pues Tú estás en cada uno de ellos, yo quiero amarlos y servirlos como nos ha enseñado Tu Hijo Jesús con la Doctrina que nos dejó cuando vino a la Tierra. Gracias, gracias Padre, recibe a Tu hijo (a) en este momento, es Tuyo, a Ti te pertenece y ha vuelto a Tu Santo Seno y Casa Paterna. Sana, te suplico, estas heridas en de mi corazón y de mi memoria! Amén, amén, amén.

Oración de Perdón.
Dice “Jesús”: (para reflexionar y poder perdonar).
¿“¡Acaso no les he dicho Yo que en cada uno de sus hermanos –los seres humanos- estoy Yo? Visítame en la cárcel, venme a ver cuando esté enfermo, dame de beber si Estoy sediento, dame de comer si Estoy hambriento; vísteme si Estoy desnudo” Yo Estoy en cada uno de ustedes.

Yo perdono a quien con sus actos privó o fue causa de la pérdida de la vida de mi (decir el grado de familiaridad: padre, esposo, hijo, etc.) ((decir su Nombre), porque no supo el daño y sufrimientos que nos causó, pero solo Tú Eres el Juez Perfecto y Te pido que sanes mi corazón y las heridas que están en mis recuerdos, en mi memoria; sana Oh Jesús el dolor que llevo en mi interior, en mi conciente, mi inconciente y mi subconsciente; sáname Señor de este dolor, cauterizando mis heridas con el Fuego del Amor del Espíritu Santo, purifícalas para que no sean causa de entrada de entes malignos de resentimiento, rencor y odio; o causa de culparte incluso a Ti, Oh mi Dios, por pensar que me privaste de su compañía injustamente y antes de tiempo; perdona que hubiese siquiera pensado que de alguna forma me hacías sufrir y que no merecía sufrir este percance, esta separación, esta privación de su existencia.
Yo te pido Jesús, que perdones a quien (es) fue (ron) causa de su muerte y de nuestro dolor; sana su conducta y libérale de las fuerzas y entes del mal que le inclinen a dañar y pecar; sánale para que se convierta, no cause más daño, repare el mal que ha causado con amor y resarcimiento; yo le (s) perdono y le (s) amo; y perdóname por no haber podido perdonar como Tú perdonas y amas, y Enséñame a perdonar y a amar como Tú perdonas y amas.
(Reflexionar en las condiciones de la privación de la vida o el daño causado, traer a nuestra mente la Imagen viva de Jesús que está presente entre el agresor o causante del daño a quien Jesús mira con compasión, se le acerca, le toca, le abraza y le perdona para transformar su corazón; y luego viene a mí y me toca, me abraza con amor y ternura y me dice: “Yo te perdono y te amo, recibe el Fuego del Espíritu Santo en tu corazón y en tu mente, en todo tu ser para que seas sanado y reconstituido un hijo (a) nuevo (a) para continuar edificando Mi Reino de Amor en la Tierra y me ayudes a sanar a otros muchos hijos Míos. Jesús me abraza y me besa y siento cómo me voy liberando del resentimiento, del rencor y del odio, de este recuerdo doloroso para ya no cargar el bulto pesado del recuerdo doloroso que me impide vivir en plenitud y felicidad, con entusiasmo y entrega y ver a los demás donde “habita Jesús” para seguirlo redescubriendo en cada uno de los seres humanos. Gracias Jesús porque Me liberas y Me sanas, porque Me fortaleces y Me amas.

E-mail: tus.oraciones.poderosas@gmail.com “Armando Graneros”

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