ORACIÓN PODEROSA DE LA PRECIOSA SANGRE DE JESUCRISTO POR EL MUNDO ENTERO EN ESTOS MOMENTOS DE SUFRIMIENTO
"Preciosísima Sangre de Jesucristo, sálvanos a nosotros y al Mundo entero".
"Sangre de Cristo, protégenos; Oh Virgen María cúbrenos con Tu Manto".
"Preciosísima Sangre de Jesucristo; sana las heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús, y en todos los corazones del Mundo entero".
"Lávanos con Tu Sangre, sana todas nuestras heridas, y escucha nuestra oración Señor Jesús".
Consciente de mi nada y de Tu sublimidad, Misericordiosísimo Salvador, me postro a Tus pies y Te agradezco por la Gracia que has derramado sobre mí, ingrata creatura.
Te agradezco, especialmente, por liberarme, mediante Tu Sangre Preciosísima, del poder destructor de Satanás.
En presencia de mi querida Madre María, mi Ángel Custodio, mi Santo Patrono y de toda la corte celestial, me consagro voluntariamente, con corazón sincero, oh queridísimo Jesús, a Tu Sangre Preciosísima por la cual Has redimido al mundo del pecado, de la muerte y del infierno.
Te prometo, con la ayuda de Tu Gracia y con mi mayor empeño, promover y propagar la devoción a Tu Sangre Preciosísima, precio de nuestra Redención, para que Tu adorable Sangre sea honrada y glorificada por todos.
De esta forma deseo reparar mi deslealtad a Tu Sangre Preciosísima de Amor y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen contra el Precioso Precio de su salvación.
¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra Ti, oh Santa y Preciosísima Sangre, pudieran ser borrados!
He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que Tu Santísima Madre, Tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a Tu Sangre Preciosísima. Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad del pasado y que perdones a todos los que te ofenden.
¡Oh Divino Salvador!, rocíame a mí y a todos los hombres con Tu Preciosísima Sangre para que Te amemos, oh Amor crucificado, de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que honremos dignamente el Precio de nuestra Salvación. Amén.
V: Bajo Tu Amparo nos ACOGEMOS.
R: Oh, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, ¡oh Virgen siempre gloriosa y bendita!. Amén.
Preciosa Sangre de Jesucristo, reina por siempre. Amén.
Preciosísima Sangre de Jesús; sana nuestras heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús, y en todos los corazones del Mundo entero.
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