OFRECIMIENTO DE VIDA Y PROMESAS
Sor Mª Natalia Magdolna, Hungría (1901-1992)
¡Mi amado Jesús! Delante de las Personas de la Santísima Trinidad, delante de nuestra Madre del Cielo y de toda la Corte Celestial, ofrezco, según las intenciones de Tu Corazón Eucarístico y las del Inmaculado Corazón de María Santísima: Toda mi vida, todas mis Santas Misas, Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a los Méritos de Tu Santísima Sangre y a Tu Muerte de Cruz: Para adorar a la Gloriosa Santísima Trinidad; para ofrecerle reparación por nuestras ofensas. Por la unión de nuestra Santa Madre la Iglesia; por nuestros Sacerdotes, por las buenas vocaciones Sacerdotales y por todas las almas hasta el fin del mundo. Recibe, Jesús mío, mi Ofrecimiento de Vida y concédeme la Gracia para perseverar en él fielmente hasta el fin de mi vida. Amén.
Promesas de la Santísima Virgen María
a quienes hacen el Ofrecimiento de Vida
- Nadie de sus familiares caerá en el infierno, aún cuando las apariencias externas lo harían suponer, porque antes de que el alma abandone el cuerpo, recibirán la Gracia del perfecto arrepentimiento.
- En el mismo día del Ofrecimiento, saldrán del Purgatorio todos los difuntos de su familia.
- En la muerte estaré a su lado y llevaré sus almas a la Presencia de Dios sin pasar por el Purgatorio.
- Sus nombres estarán inscritos en el Corazón de Jesús y en el Corazón Inmaculado de María.
- Salvarán a muchas almas de la eterna condenación por este Ofrecimiento, unido a los Méritos de Cristo. El mérito de sus sacrificios beneficiará a las almas hasta el fin del mundo.
PARA ALCANZAR LA GRACIA DE TODAS LAS MISAS
Padre Eterno, humildemente Te ofrezco la donación de mi pobre presencia y de toda la humanidad desde el principio hasta el fin del mundo. Deseo asistir a todas las Misas que ya se han celebrado en el mundo y a las que se van a celebrar en el futuro.
Te ofrezco las penas, sufrimientos, oraciones, alegrías y horas de reposo en mi vida y en la de la humanidad. Te lo ofrezco todo en unión con estas mismas acciones de nuestro dulce Jesús, durante Su estancia aquí en la Tierra.
Te ofrezco la Preciosísima Sangre de Jesucristo, todas Sus Heridas y toda Su Agonía, por la salvación de la humanidad entera. Te hago esta petición y ofrenda, por medio del Doloroso e Inmaculado Corazón de María. Amén.
PARA LIBERAR MIL ALMAS DEL PURGATORIOY POR LA CONVERSIÓN DE LOS PECADORESSanta Gertrudis, Alemania (1256-1301)[1]
Padre Eterno, yo Te ofrezco la Preciosísima Sangre de Tu Divino Hijo Jesús, en unión con las Misas celebradas en el día de hoy a través del mundo: Por todas las benditas Ánimas del Purgatorio y por todos los pecadores del mundo, por los pecadores de la Iglesia universal y por aquellos en mi propia casa y dentro de mi familia. Amén.
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[1] Jesús aseguró a Santa Gertrudis que esta oración liberaría mil Almas del Purgatorio cada vez que se ofreciese, y se extendería también la Promesa a la conversión y salvación de las almas que todavía peregrinan en la Tierra.