Letanía
por los sacerdotes
(para uso privado)
La Reina y Madre de los Últimos Tiempos
La Santísima Virgen, La Reina y Madre de los Últimos Tiempos ha pedido reiteradamente orar por los Sacerdotes, esta Letanía es muy apropiada para pedir por ellos.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, dígnate
escucharnos. Cristo, dígnate escucharnos.
Dios Padre, de quien recibe su
nombre toda paternidad en el Cielo y en la Tierra, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, eterno Sumo Sacerdote
y soberano Rey, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, fuente de
toda santidad y Guía de los pastores, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad en un Dios
único, ten piedad de nosotros.
Por el verdadero Papa, vicario de
Cristo, quien todavía no aparece ante nosotros, óyenos, Señor, y ten
misericordia.
Por todos los cardenales de la
Santa Iglesia de Dios, óyenos, Señor, y ten
misericordia.
Por todos los obispos de la Santa
Iglesia de Dios, óyenos, Señor, y ten misericordia.
Por todos los sacerdotes de la
Santa Iglesia de Dios, óyenos, Señor, y ten
misericordia.
Por todos los diáconos de la
Santa Iglesia de Dios, óyenos, Señor, y ten
misericordia.
Por todos los seminaristas de la –
verdadera- Santa Iglesia de Dios, (MIDP) para que no sean
contaminados con el “modernismo infernal”, óyenos, Señor, y ten
misericordia.
Por todos los ministros de la
Santa Iglesia de Dios, óyenos, Señor, y ten
misericordia.
Por los sacerdotes fieles a sus
votos, Sangre preciosa de Jesús, fortalécelos.
Por los sacerdotes que se esfuerzan
en pos de la santidad, Sangre preciosa de Jesús,
fortalécelos.
Por los sacerdotes reverentes con
la liturgia, Sangre preciosa de Jesús, fortalécelos.
Por los sacerdotes ortodoxos en
la doctrina, Sangre preciosa de Jesús, fortalécelos.
Por los sacerdotes valerosos en
la predicación, Sangre preciosa de Jesús, fortalécelos.
Por los sacerdotes magnánimos en
la Confesión, Sangre preciosa de Jesús, fortalécelos.
Por los sacerdotes entregados a
las obras de misericordia, Sangre preciosa de Jesús, fortalécelos.
Por los sacerdotes
desorientados, Sangre preciosa de Jesús, consuélalos.
Por los sacerdotes
desmoralizados, Sangre preciosa de Jesús, consuélalos.
Por los sacerdotes
agotados, Sangre preciosa de Jesús, consuélalos.
Por los sacerdotes a los que
nadie aprecia, Sangre preciosa de Jesús, consuélalos.
Por los sacerdotes
calumniados, Sangre preciosa de Jesús, consuélalos.
Por los sacerdotes
perseguidos, Sangre preciosa de Jesús, consuélalos.
Por los sacerdotes
silenciados, Sangre preciosa de Jesús, consuélalos.
Por los sacerdotes
abusadores, Sangre preciosa de Jesús, lávalos y
conviértelos.
Por los sacerdotes
ambiciosos, Sangre preciosa de Jesús, lávalos y
conviértelos.
Por los sacerdotes
irreverentes, Sangre preciosa de Jesús, lávalos y
conviértelos.
Por los sacerdotes herejes, Sangre preciosa de Jesús, lávalos y conviértelos.
Por los sacerdotes
cobardes, Sangre preciosa de Jesús, lávalos y
conviértelos.
Por los sacerdotes
resentidos, Sangre preciosa de Jesús, lávalos y
conviértelos.
Por los
sacerdotes encarcelados y asesinados, Sangre preciosa de Jesús, lávalos y
santifícalos. (MIDP)
Por los sacerdotes tibios, Sangre preciosa de Jesús, lávalos y conviértelos.
Cordero de Dios que quitas el
pecado del mundo, libra y salva a tus sacerdotes.
Cordero de Dios que quitas el
pecado del mundo, sana y haz puros a tus sacerdotes.
Cordero de Dios que quitas el
pecado del mundo, multiplica el número de tus sacerdotes santos.
V. Levántate, Señor, y ven a tu morada, Tú y el
arca de tu majestad.
R. Vístanse tus sacerdotes de justicia y exulten
tus piadosos.
Oremos. Señor Jesucristo, ten
piedad de tu Iglesia y haz resplandecer sobre nosotros la luz de tu rostro,
para que los que habitamos en un valle de tinieblas nos libremos de los males
que nos afligen, y nos des numerosos pastores que sean de tu agrado y guíen
santamente a tu rebaño a pastos de gracia y gloria donde habitas y reinas con
el Padre en unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los
siglos, amén.
Santa María, Reina de los
sacerdotes, ruega por nosotros.
San José, casto esposo de
María, ruega por nosotros.
San Miguel Arcángel, ruega por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
San Juan, discípulo amado, ruega por nosotros.
San Juan Crisóstomo, ruega por nosotros.
San Juan Mª Vianney, ruega por nosotros.